“Los brasileños que defienden el Amazonas enfrentan amenazas y ataques de redes criminales involucradas en la tala ilegal”, señaló Daniel Wilkinson, director interino de medio ambiente y derechos humanos en HRW, en un informe publicado este martes.

 



NUEVA YORK.- La deforestación en la selva amazónica brasileña está impulsada por redes criminales que con violencia e intimidación atacan a los defensores de los bosques, sin que el gobierno tome acciones al respecto, denunció hoy la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW).

“Los brasileños que defienden el Amazonas enfrentan amenazas y ataques de redes criminales involucradas en la tala ilegal”, señaló Daniel Wilkinson, director interino de medio ambiente y derechos humanos en HRW, en un informe publicado este martes.

“La situación solo está empeorando bajo el presidente Bolsonaro, cuyo asalto a las agencias ambientales del país está poniendo a la selva y a las personas que viven allí en un riesgo mucho mayor", indicó.

Desde que llegó al poder el año pasado, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha reducido la aplicación de las leyes ambientales, ha debilitado las agencias ambientales federales y ha criticado a las organizaciones y personas que trabajan para preservar la selva.

El mandatario ha sido criticado a nivel internacional por dichas políticas y su inacción ante los incendios forestales en el Amazonas, donde Brasil alberga el 60 por ciento de la selva y donde más focos de calor se han registrado en los últimos meses.

El informe de HRW, titulado “Mafias de la selva tropical: Cómo la violencia y la impunidad impulsan la deforestación en la Amazonia brasileña”, documenta cómo la tala ilegal perpetrada por redes criminales y los incendios resultantes están vinculados a actos de violencia e intimidación contra los defensores de los bosques y el fracaso del Estado en investigar e enjuiciar a los culpables.

Tales redes tienen la capacidad para coordinar la extracción, el procesamiento y la venta de madera a gran escala, y despliegan hombres armados para intimidar y, en algunos casos, matar a los que quieren defender el bosque, afirmó la organización no gubernamental (ong) dedicada a la defensa de los derechos humanos.

Con cifras de la ong Comisión de Tierras Pastorales (CPT), citadas por la Oficina del Fiscal General, Human Rigths Watch refirió que “más de 300 personas han sido asesinadas durante la última década en el contexto de conflictos por el uso de la tierra y los recursos en la Amazonia, muchos de ellos por personas involucradas en la tala ilegal”.

La ong, con sede en Nueva York, señaló que para su reporte entrevistó a más de 170 personas, entre indígenas y residentes locales en estados amazónicos, así como funcionarios, algunos de los cuales hablaron sobre informes de las políticas de Bolsonaro y cómo están socavando los esfuerzos.

Documentó 28 asesinatos, cuatro intentos de asesinato y más de 40 casos de amenazas de muerte, con evidencia sobre los responsables y su vínculo con la deforestación ilegal, que rara vez son llevados ante la justicia.

La mayoría de los casos fue durante los últimos cincos años y algunas víctimas eran agentes en cumplimiento ambiental, ya sea indígenas o residentes del bosque que denunciaron la tala ilegal.

Human Rights Watch documentó asimismo omisiones en las investigaciones de asesinatos ocurridos cerca de estaciones de policía, incluso la falta de autopsias.

“En al menos 19 de los 28 asesinatos documentados, las amenazas contra las víctimas o sus comunidades precedieron a los ataques. Si las autoridades hubieran investigado, los asesinatos podrían haberse evitado”, añadió.

Desde que Bolsonaro está en la Presidencia de Brasil, la deforestación casi se duplicó. Para agosto de 2019, los incendios forestales causaron estragos en toda la Amazonia en una escala sin precedentes.

HRW señaló que los incendios son iniciados por personas que completan el proceso de deforestación donde los árboles de valor ya fueron eliminados; se extienden a través de pequeños claros y caminos discretos que han sido tallados por los madereros, dejando vetas de vegetación seca e inflamable que sirven como leña para encender la selva tropical.

“Como la selva tropical más grande del mundo, la Amazonia desempeña un papel vital en la mitigación del cambio climático mediante la absorción y almacenamiento de dióxido de carbono”, dijo.

Para el director interino de medio ambiente y derechos humanos en HRW, el impacto de los ataques a los defensores del bosque en Brasil va más allá del Amazonas y la situación continuará a menos que las autoridades aborden la violencia y la ilegalidad que están destruyendo la selva tropical más grande del mundo.