Hay mucha gente que está viviendo gracias a que yo llegué, ni lo saben, ni les interesa saber quién los salvó y ni a mí me interesa que lo sepan, es mi trabajo, mi vocación.

Me llamo Xalisco Moreno, y soy socorrista en Cruz Roja de Guadalajara desde que  tenía 13 años; esto fue en 1965. 

Hay mucha gente que está viviendo gracias a que yo llegué, ni lo saben, ni les interesa saber quién los salvó y ni a mí me interesa que lo sepan, es mi trabajo, mi vocación. 

La verdad, No sé por qué me gustó ser paramédico, y aunque ya renuncié, traigo conmigo en el carro, mi botiquín y mi acreditación como paramédico; cuando veo una ambulancia ya me anda por subirme e ir a la emergencia. 

Recuerdo que, a los pocos meses de llegar a Ensenada, yo conseguí chamba como fumigador, cosa que un día me permitió ir a Cruz Roja para hacer mi trabajo. Ahí vi un papelito que invitaba a la gente a inscribirse para ser parte del cuerpo de socorrismo; me inscribí a la segunda generación. 

En los noventas fue que se creó la escuela de Técnicos en Urgencias Médicas aquí en Ensenada, yo fui de la primera generación, y en Cruz Roja hice mis prácticas, luego el servicio. 

En 1994 entré a trabajar formalmente en la Cruz. Yo soy paramédico intermedio, puedo atender con crisis cardiacas, podemos dar ciertos medicamentos, y otras cosas. 

En todos estos años de trabajo he tenido muchas experiencias, es difícil contar sólo una. Recuerdo que me tocó la caída de un avión; una avioneta privada que cayó en el Estero Beach. En ese tiempo era socorrista, me llamaron y me dijeron que había un avionazo, estaba el avión de cabeza, me metí arrastrando para llegar a la piloto, era una mujer que viajaba sola, cuando quise tomarle el pulso, vi que tenía exposición de masa encefálica, fue tremendo. 

Otro caso es, mira, nunca debe ir un niño en el asiento del frente, aquí dice que se puede morir (señala a la visera del copiloto), pero no lo leen, la tapa de la bolsa de aire lo puede matar en un choque. 

Entonces, recuerdo que estaba un niño como de seis años y a su hermanita se le ocurre darle despacito al carro y chocó un poco con algo fijo y se abrió la bolsa y lo mató. Un médico vio el accidente y para cuando yo llegué, él le estada dando RCP, entonces me lo dio, y me lo llevé dándole RCP todo el camino. Al llegar al hospital yo seguía dándole, pero estaba muerto el niño, fue muy difícil para mí, porque mi hijo en ese tiempo tenía esa misma edad y lloré mucho. 

Este año renuncie de la Cruz Roja, porque he tenido problemas con la columna, entonces, si me toca ir a un accidente grave, cuando me agache no voy a poder levantarme, entonces, en vez de ayudar pues…  

Tengo 65 años, ya no tengo la fortaleza que tenía, y en este trabajo no se puede decir “no puedo”. Aparte de paramédico, siempre he trabajado de músico y de maestro de kínder, y en estas últimas dos actividades, es en las que continúo.