Se recordó que fue en una servilleta donde el fundador trazó los primeros bocetos del hotel, en una reunión celebrada en el restaurante Las Campanas de Tijuana. Esa misma visión dio origen a una obra que hoy emplea a más de 300 colaboradores

ENSENADA.- Andrés Martínez Bremer, director general de Grupo Luva, encabezó la ceremonia conmemorativa por los 30 años del Hotel Coral y Marina, destacando el legado fundacional de Enrique Lutteroth Camou y su decisión de apostar por el turismo en Ensenada.

Durante el evento, Martínez Bremer recordó que fue en una servilleta donde el fundador trazó los primeros bocetos del hotel, en una reunión celebrada en el restaurante Las Campanas de Tijuana. Esa misma visión dio origen a una obra que hoy emplea a más de 300 colaboradores.

En ese proceso inicial, Martínez Bremer reafirmó que Coral y Marina es producto de dos visionarios, donde la participación del arquitecto Roberto Curiel, a quien describió como una pieza fundamental en la historia del hotel. Afirmó que su visión resultó esencial para dar forma física a lo que comenzó como una idea sobre papel.

Señaló que, desde su fundación, Hotel Coral y Marina ha recibido a más de 3 millones 500 mil visitantes, nacionales y extranjeros, quienes han ingresado por mar o tierra a lo largo de tres décadas de servicio.

Recordó también las decisiones que marcaron la trayectoria del hotel, como la continuidad de su construcción durante la crisis de 1994 y la adquisición del 100% de las acciones por parte de Grupo Luva, encabezado por Don Enrique Lutteroth en durante la crisis de 2008.

Recordó que durante la pandemia de COVID-19, el establecimiento decidió mantener la totalidad de sus empleos y sueldos. Además, emprendieron campañas sociales de distribución de alimentos, donde incluso, los colaboradores del hotel, se sumaron al apoyo para llegar a más familias en situación muy difícil.

Martínez Bremer enfatizó que el turismo y la lucha libre comparten principios como la estrategia, el esfuerzo, la conexión con el público y la capacidad de generar emociones duraderas. “Cada huésped es único, cada experiencia irrepetible”, dijo.

Como parte de la ceremonia, se entregó una servilleta y una pluma a cada asistente para invitarlos a escribir sus propios sueños, aludiendo a los orígenes del hotel. “Así nació Coral y Marina, así deben nacer también los proyectos del futuro”, expresó.

Dedicó un momento especial al recuerdo de Don Enrique Lutteroth Camou y Doña Irma Valle y otros colaboradores que ya no están, reconociendo su legado como parte esencial del desarrollo turístico de Ensenada.

Martínez Bremer reiteró que el hotel seguirá apostando por la excelencia turística y la conexión con cada visitante como su principal motor de operación.