Con el objetivo de ampliar su labor humanitaria y alcanzar las 5 mil comidas diarias entregadas a albergues de migrantes, la Fundación Binacional Tijuana Sin Hambre celebrará mañana su cena anual del quinto aniversario, bajo el nombre Una Noche de Verano.

Actualmente, la organización brinda cerca de 3 mil 500 comidas al día, lo que representa más de un millón de platillos servidos al año en diversos albergues y espacios de asistencia de la ciudad.

La información fue compartida en rueda de prensa celebrada en la sala Minarete del Club Campestre, donde miembros de la fundación detallaron los preparativos y metas del evento programado para este viernes 20 de junio. La cena contará con la participación de más de seis chefs reconocidos, y se espera la asistencia de al menos 450 personas. El donativo por persona será de 350 dólares.

Fausto Vargas, fundador de Tijuana Sin Hambre, recordó los inicios del proyecto que comenzó hace cinco años junto a su esposa con apenas 20 despensas en su casa.

“Empezamos con 20 despensas en mi casa, cuando llegamos a hacer 40, ya no teníamos vida mi esposa y yo en la cochera. Empezamos con 60, terminamos entregando 600 despensas. Empezamos con 900 comidas, el día de hoy entregamos 3 mil 500 y sabemos que con la buena voluntad de todas las personas vamos a poder lograr 5 mil.”

Vargas subrayó que la ayuda no se limita a personas migrantes. "Cuando la cantidad de migrantes disminuye, nuestras comidas se redirigen a asilos, casas de cuidado para adultos mayores y madres solteras en situación vulnerable", explicó.

Entre los asistentes a la rueda de prensa estuvieron David Pérez Tejada, consejero de la Fundación; Roberto Vega, presidente de COPARMEX y también consejero; Ruffo Ibarra, chef del restaurante Oryx y aliado de la causa; Ruben Mora y Álvaro Ávila, productor de eventos.

Durante esta V edición del evento, Ávila será reconocido por su compromiso con la fundación y su trabajo en otras organizaciones de beneficencia como la Cruz Roja y la Fundación Castro Limón.

La cena se llevará a cabo en el Club Campestre de Tijuana, con el propósito de seguir sumando esfuerzos y recursos que permitan a la fundación no solo mantener, sino ampliar su impacto entre las poblaciones más vulnerables de la ciudad.