La más reciente película original de Pixar, Elio, debuta con cifras históricamente bajas en taquilla, encendiendo alarmas sobre el atractivo actual de las historias inéditas en la animación. Mientras tanto, el estudio refuerza una estrategia que equilibra franquicias consolidadas con nuevas propuestas.
Han pasado casi ocho años desde que Coco emocionó al mundo con su historia original y recaudó cerca de 800 millones de dólares en 2017. Pero hoy, Pixar enfrenta una realidad distinta: el interés del público por nuevas propuestas animadas ha disminuido drásticamente, y Elio, su más reciente apuesta original, es la prueba más contundente.
Estrenada el fin de semana del 20 al 22 de junio, Elio —una aventura sobre un niño huérfano que cumple su deseo de ser abducido por alienígenas— debutó con apenas 20.8 millones de dólares en Estados Unidos y 14 millones en el extranjero, marcando así la peor apertura en la historia del estudio fundado por el fallecido Steve Jobs y ahora propiedad de Disney.
A pesar de las críticas positivas y altas puntuaciones del público en encuestas de salida, dentro de Disney nadie oculta la preocupación. Aunque los ejecutivos proyectan optimismo y esperan un caso similar al de Elemental (2023), que pasó de una apertura discreta a una recaudación global de casi 500 millones, las expectativas para Elio apuntan a un techo inferior a los 300 millones.
Sin embargo, el fracaso de Elio no significa una renuncia a la originalidad. De hecho, forma parte de un reajuste estratégico en curso dentro de Pixar. Según fuentes citadas por The Hollywood Reporter, el estudio está buscando equilibrar mejor su calendario entre nuevas historias y secuelas de franquicias exitosas. La fórmula: combinar el atractivo comercial de personajes ya conocidos con el impulso creativo de lo original.
Este año, Inside Out 2 demostró la fuerza de las secuelas bien manejadas, convirtiéndose en la película animada más taquillera de todos los tiempos con más de 1,690 millones de dólares en ingresos globales. Mientras tanto, ya están en marcha Coco 2, Los Increíbles 3 y Toy Story 5, junto con las nuevas Hoppers y Gatto programadas para 2026 y 2027, respectivamente.
La crisis de las cintas originales no es exclusiva de Pixar. Walt Disney Animation ha sufrido tropiezos similares con Strange World y Wish, mientras que otras productoras como Illumination y DreamWorks han apostado más agresivamente por franquicias consolidadas como Minions, Kung Fu Panda y Mario Bros.
Un factor clave en este declive podría estar en la decisión tomada durante la pandemia, bajo el mando del entonces CEO Bob Chapek, de lanzar directamente en Disney+ cintas como Soul, Luca y Turning Red, condicionando al público familiar a esperar los estrenos en casa. Aún hoy, películas sin marca reconocida como Elio enfrentan dificultades para atraer espectadores a las salas.
Según Paul Dergarabedian, analista principal de taquilla de Comscore, “Elio dependerá completamente del boca en boca y de sus excelentes críticas para mantenerse a flote”. Y aunque su desempeño inicial no refleje su ambición, dentro de Pixar insisten en que estas apuestas siguen siendo esenciales: “El estudio no abandona la originalidad; está buscando nuevas formas de lanzarla con mayor efectividad, sin dejar de lado a los personajes que ya conquistaron generaciones”.