La violencia en la Franja de Gaza deja cientos de muertos durante la búsqueda de ayuda humanitaria, mientras los rebeldes hutíes intensifican ataques a embarcaciones en el Mar Rojo, elevando el riesgo de una escalada regional

La región atraviesa uno de sus momentos más críticos en lo que va del año. Según reportes de la ONU, casi 800 personas han muerto en Gaza desde finales de mayo mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria. La mayoría de los fallecimientos habrían ocurrido por disparos en las cercanías de los centros de distribución, en un contexto de creciente desesperación entre la población civil.

A pesar de un reciente acuerdo entre Israel y la Unión Europea para incrementar el flujo de ayuda, nuevos ataques han avivado las tensiones. Entre ellos, el bombardeo a una clínica en Gaza que provocó la muerte de al menos 18 personas, incluidos ocho menores de edad, generando una condena internacional encabezada por organizaciones médicas y de derechos humanos.

Simultáneamente, en el Mar Rojo, los rebeldes hutíes del Yemen han incrementado los ataques contra embarcaciones comerciales, desafiando la seguridad marítima y forzando a Estados Unidos y sus aliados a desplegar más presencia militar en la zona. Las acciones, según expertos, podrían estar ligadas a una estrategia para presionar internacionalmente en el conflicto de Gaza.

Mientras tanto, en Irak, el grupo armado kurdo PKK ha entregado simbólicamente sus armas a representantes de la ONU, en lo que se considera un paso histórico hacia un proceso de paz largamente esperado, aunque aún frágil.

La comunidad internacional permanece en alerta, pues la combinación de conflictos locales, acciones armadas transfronterizas y crisis humanitarias amenazan con desestabilizar aún más la región.