La nueva campaña de American Eagle protagonizada por la actriz Sydney Sweeney ha generado intensas reacciones por su eslogan “Sydney Sweeney has great jeans”. Acusaciones de racismo codificado, respaldo político y un notable aumento en el valor de la compañía colocan a la marca en el centro de una tormenta cultural
La cadena de moda juvenil American Eagle lanzó a finales de julio una ambiciosa campaña publicitaria de otoño protagonizada por la actriz Sydney Sweeney. Bajo el eslogan “Sydney Sweeney has great jeans”, la campaña utiliza un juego de palabras entre jeans (mezclilla) y genes, aludiendo tanto a su estilo como a sus características físicas. La frase, junto con un comercial donde Sweeney afirma que “los genes vienen de los padres… pero mis jeans son azules”, ha encendido el debate en redes sociales y medios internacionales.
Críticos en plataformas como X y TikTok han interpretado el mensaje como una insinuación a la pureza genética, especialmente por la estética de la campaña —con Sweeney en escenarios de alto contraste, enfundada en mezclilla azul y con una imagen que remite al ideal “All-American” de mujer blanca, rubia y de ojos claros. Algunos usuarios denunciaron el eslogan como un “guiño a la eugenesia”, calificándolo como un caso de racismo codificado y propaganda de supremacía blanca.
A pesar de la controversia, el impacto económico ha sido notable. Las acciones de American Eagle Outfitters subieron entre un 10 % y 18 % tras el lanzamiento, y la línea limitada de mezclilla llamada “The Sydney Jean” ha registrado ventas récord. La marca anunció que parte de las ganancias se donarán a una organización que apoya a víctimas de violencia doméstica.
En respuesta a las críticas, American Eagle publicó una declaración oficial:
“Sydney Sweeney Has Great Jeans es y siempre fue una campaña sobre los jeans… Sus jeans. Su historia. Sus elecciones. Su estilo. Los buenos jeans se ven bien en todos.”
El respaldo no se limitó al mundo empresarial. Figuras conservadoras como la exconduora Megyn Kelly, la expiloto Danica Patrick y el actual vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, salieron en defensa de Sweeney, elogiando su imagen como “una chica estadounidense hermosa” y criticando lo que consideran una reacción exagerada de sectores progresistas. Aunque la Casa Blanca no emitió una postura oficial, el silencio ha sido interpretado como una muestra de cautela frente a la creciente polarización en torno al caso.
Especialistas en marketing como Marcus Collins, de la Ross Business School, señalaron que el error de la campaña radica en su falta de diversidad visual: “El juego de palabras podría haber funcionado si se hubiera presentado una gama más amplia de cuerpos, razas y rostros”, explicó.
Mientras algunos ven en la campaña una provocación deliberada para generar atención mediática y ventas, otros la consideran un reflejo de la desconexión cultural en las grandes marcas de moda. American Eagle, por ahora, disfruta de la exposición global y el repunte financiero, aunque queda por ver si los efectos reputacionales le pasarán factura a largo plazo.