Millones de personas en el continente enfrentan temperaturas extremas que superan los 45 °C en algunas regiones, mientras los servicios de emergencia luchan contra decenas de incendios forestales y las autoridades piden extremar precauciones

Europa atraviesa una de las olas de calor más intensas de su historia reciente, con temperaturas que en algunos puntos han rebasado los 45 °C y que han puesto bajo alerta a más de una docena de países. El fenómeno, que afecta desde la Península Ibérica hasta Europa Central y los Balcanes, ha desatado una crisis climática y humanitaria que amenaza con prolongarse durante varios días más.

En España, Portugal, Italia y Grecia, las brigadas de bomberos trabajan sin descanso para contener decenas de incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas y obligado a evacuar comunidades enteras. En Francia, el gobierno ha decretado el cierre temporal de escuelas y restringido actividades al aire libre, mientras hospitales reportan un incremento en casos de golpes de calor y deshidratación.

Meteorólogos advierten que la intensidad y duración de esta ola de calor son consecuencia directa del cambio climático, que incrementa la frecuencia de fenómenos extremos en la región. La Organización Meteorológica Mundial ha pedido a los gobiernos europeos reforzar las medidas de prevención y adaptar las infraestructuras urbanas a condiciones más extremas, alertando que este tipo de eventos “serán cada vez más comunes y peligrosos”.

En zonas rurales, agricultores reportan pérdidas millonarias por la sequía acelerada, mientras expertos temen que el impacto se sienta en el suministro alimentario en los próximos meses. Las autoridades instan a la población a mantenerse hidratada, evitar la exposición prolongada al sol y proteger especialmente a niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.