La Península
Llevan tijuanenses música, ofrendas y su fe a la Virgen de Guadalupe
Este 12 de diciembre, cuando se cumple el 487 aniversario de su aparición a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, el tumulto de gente es menor que en otros años y lo resienten vendedores ambulantes.

Redacción/ HIPTEX
TIJUANA.- Este miércoles, sin importar la hora, las mañanitas no cesan para la Virgen de Guadalupe en la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, de la Zona Centro de esta ciudad.
Hasta tres mariachis las entonan de manera simultánea, pero cada uno por su lado, mientras fieles de todas las edades continúan llegando a ofrecerle flores, regalos, cumplir mandas o simplemente refrendarle su fe como “patrona” de los mexicanos de religión católica.
Este 12 de diciembre, cuando se cumple el 487 aniversario de su aparición a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, el tumulto de gente es menor que en otros años y lo resienten vendedores ambulantes, pero aún así, el fervor no cesa y tampoco la tradicional algarabía de la festividad, una de las más importantes para la iglesia católica.
El canto a una sola voz de “la guadalupana” se confunde con la música de mariachis que tocan al mismo tiempo, pero en diferente orden, la misma melodía: las mañanitas.
Afuera, una marimba entona también la tradicional canción. Su ejecutor, un músico radicado en Tijuana, confía a HIPTEX que desde hace tres años le lleva a la virgen música con este instrumento tradicional del Sureste del país.
Lo hace porque es su día, en agradecimiento, y para pedirle trabajo y que lo siga bendiciendo como hasta ahora.
Si bien el ir y venir de la gente -personas que están ahí movidas por su completa voluntad, porque profesan una fe- no es tan agobiante como en otros años, también puede hablarse de una conglomeración importante y, sin duda, de una gran fiesta.
Niños vestidos de Juan Diego y niñas con atuendos también indígenas acuden a saludar a “la virgen morena”, algunos de ellos tan pequeños que la de este miércoles es su visita de primera vez en un 12 de diciembre.
En la catedral hay tijuanenses de todas las edades que han llegado a la ciudad también de todas partes de México y han traído con ellos su fervor hacia quien consideran “la madre de todos los mexicanos”.
Adentro, además de gotas de agua bendita de la que el párroco arroja a fieles y los artículos que llevan a bendecir, los espera un altar hecho a mano ubicado en la extrema derecha, que al padre Jesús Díaz le tomó más de dos meses confeccionar.
En él está el motivo de la fiesta, del agradecimiento, de la súplica y de la fe de muchos católicos: la Virgen de Guadalupe. (lgs)
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