Por primera vez, la justa se desarrolló en cuatro categorías, con el propósito de impulsar el deporte ráfaga desde las etapas infantiles hasta el nivel élite, sembrando en cada niño y joven la ilusión de crecer dentro de la duela
TIJUANA.- Tras tres días de intensas emociones, este domingo la duela de la Arena Zonkeys se llenó de alegría, pasión y espíritu deportivo con la coronación de los campeones de la edición 2025 del tradicional torneo binacional “Border Battle”, un certamen que une a México y Estados Unidos a través del baloncesto.
Por primera vez, la justa se desarrolló en cuatro categorías, con el firme propósito de seguir impulsando el deporte ráfaga desde las etapas infantiles hasta el nivel élite, sembrando en cada niño y joven la ilusión de crecer dentro de la duela.
En la categoría primaria, el título se lo llevó Signet Royalty de San Diego, mientras que el segundo lugar fue para los anfitriones Tijuana Zonkeys. El pequeño Lorenzo Keeller brilló con luz propia y fue elegido Jugador Más Valioso.
En secundaria, la gloria fue para Tijuana Zonkeys, que dejaron en segundo lugar a Colegio Familia. El corazón del torneo en este nivel fue Karlo Méndez, designado como el mejor jugador.
En preparatoria, los reflectores apuntaron a los Jaguares de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas, quienes se proclamaron campeones al superar al Instituto México. El talento de Brandon Muñoz le valió ser elegido MVP.
La máxima categoría, la Elite, ofreció un espectáculo digno de recordar. El título viajó hasta Florida gracias a Balboa School, que se impuso sobre Tijuana Zonkeys. La intensidad y calidad fueron tan altas que se entregaron dos reconocimientos al Jugador Más Valioso, distinción que compartieron Lluc Pluvinet y Alex Vourliots.
La ceremonia de premiación estuvo cargada de emociones y simbolismo, encabezada por Andrea Jáuregui, Directora General de Tijuana Zonkeys; Eva Torres, fundadora del Border Battle, y Emelyn Aceves, directora de vinculación de Tijuana Sin Hambre, asociación civil beneficiada por el torneo.
Y es que, más allá de las canastas y trofeos, este evento también tuvo un rostro solidario: la entrada para los partidos fue un kilo de alimento no perecedero, recaudando apoyos para quienes más lo necesitan en la comunidad.