Política 29
Taxis amarillos… la costosa alianza del PAN
Como su padre, Oscar Morales ha establecido alianzas políticas para que su negocio de taxis amarillos siga operando con total impunidad.

Por Alberto Sarmiento Reyes
Desde la muerte de Rafael Morales Vizcarra y con ello el fin de un liderazgo de casi cinco décadas, el Gremio de Choferes —que aglutina a los llamados taxis amarillos— se fue alejando del priismo que lo consolidó política y económicamente.
A partir de 2006, tras la muerte del veterano líder sindical, Oscar Morales Marrón se asumió como sucesor de ese emporio transportistas que por décadas monopoliza el servicio de taxis en la garita de San Ysidro, principalmente dirigido a visitantes de Estados Unidos.
Con el apoyo de los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rafael Morales Vizcarra, dirigente también de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), uno de los tentáculos del sector obrero del tricolor, inició y consolidó un gremio que ejerció el control de su espacio de poder de manera violenta, solapada por los gobiernos priistas.
Con esa escuela, Oscar Morales asumió las riendas del Gremio de Choferes pero fue marginado de la dirigencia de la CROC y lo mismo ocurrió del PRI, donde las posiciones fueron acaparadas por otras centrales obreras.
Durante poco menos de cuatro años, Oscar Morales intentó, sin éxito, seguir los pasos de su padre y ser leal al priismo.
Pero para 2010 empezó abiertamente a mostrar su inconformidad con los dirigentes priistas y se dio su acercamiento con el panismo.
En las eleciones a la alcaldía de Tijuana de ese año, Oscar Morales no tuvo empacho en apoyar abiertamente su respaldo al candidato panista, Carlos Torres Torres. La historia se repitió en los comicios 2013, al respaldar las candidatura de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid y Alejandro Monraz Sustaita, a la gubernatura y presidencia municipal, respectivamente.
Ese año, las huestes de Oscar Morales no sólo le dieron la espalda al abanderado priista a la gubernatura, Fernando Castro Trenti, sino que el arranque de su campaña, el 21 de abril de 2013, los crocistas, pero en espacial el Gremio de Choferes le hicieron el vacío cuando el priista daba su discurso, retirándose de la Plaza Monumental de Playas de Tijuana, donde ocupaban una extensa zona frente al presidium.
El amasiato entre Oscar Morales y el PAN siguió. En 2016 apoyó abiertamente la candidatura de la hoy diputada federal Jackie Nava y apenas el año pasado, le apostaron a Juan Manuel Gastelum Buenrostro.
Como su padre, Oscar Morales ha establecido estas alianzas políticas para que su negocio de taxis amarillos siga operando con total impunidad.
Los gobiernos panistas han cedido a sus presiones y exigencias para seguir teniendo el monopolio de la transportación terrestre de los turistas provenientes de Estados Unidos.
En los meses recientes, suman 22 los ataques a pedradas contra autobuses de Ticketon y unidades de otras empresas dedicas al transporte de turistas.
A estos hechos violentos, se suman decenas de agresiones verbales y físicas contra choferes Uber e incluso usuarios de este servicio.
Todos esos ataques han quedado en la impunidad. La alianza política electoral con el panismo le sigue rindiendo frutos a Oscar Morales y sus choferes de taxis amarillos.
La nueva agresión contra un ciudadano cometida la madrugada del sábado, provocó que en las principales oficinas de Palacio Municipal se escuchase: “Ya se pasaron”.
La presión social se volvió a desbordar contra los taxis amarillos pero también contra el gobierno municipal… la costosa alianza ha puesto en entredicho la autoridad del alcalde Juan Manuel Gastelum.
La respuesta del sábado: operativos contra taxis amarillos y la amenaza de revisar la concesión… parece que pone fin a esa costosa alianza en la que Oscar Morales pagaba con cotos su impunidad.
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