Las familias se acostumbraron a vivir entre incertidumbre, temor y la sensación de que salir a las calles era un riesgo constante, hoy la realidad es distinta
Las familias se acostumbraron a vivir entre incertidumbre, temor y la sensación de que salir a las calles era un riesgo constante, hoy la realidad es distinta