El cardenal Robert Francis Prevost, originario de Chicago y con ciudadanía peruana, fue elegido como el nuevo pontífice de la Iglesia Católica bajo el nombre de León XIV. Su elección marca un hito histórico y promete continuidad con el legado pastoral y progresista del papa Francisco

Ciudad del Vaticano, 8 de mayo de 2025.- La Iglesia Católica tiene nuevo líder espiritual. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido como el sucesor de Francisco y adoptó el nombre de León XIV, convirtiéndose en el primer papa originario de Estados Unidos y en el primer miembro de la Orden de San Agustín en más de cinco siglos en alcanzar el trono de San Pedro.

La elección se produjo durante la cuarta votación del cónclave, en la que participaron 133 cardenales provenientes de 70 países. A las 18:08 horas, la tradicional fumata blanca y el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro confirmaron la elección. Desde el balcón central del Vaticano, el nuevo pontífice ofreció un primer mensaje cargado de simbolismo: “La humanidad necesita luz, paz y unidad”.

León XIV, de 69 años, es conocido por su compromiso con los sectores más vulnerables, su experiencia misionera en Perú y su fidelidad a una Iglesia inclusiva y cercana. Ordenado sacerdote en 1982, fue misionero en Chiclayo durante casi dos décadas, donde adquirió la ciudadanía peruana. En 2023 fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos por el papa Francisco, con quien compartía visión pastoral y sensibilidad social.

Su lema papal, In Illo uno unum (“En aquel Uno, seamos uno”), tomado de San Agustín, refleja su intención de promover la unidad en una Iglesia global fragmentada por tensiones internas y desafíos externos. En su primera intervención, León XIV hizo un llamado al diálogo, a la construcción de puentes y a la búsqueda de justicia social y ecológica.

El nuevo papa también deberá enfrentar temas delicados como la reforma interna de la Iglesia y el manejo de los abusos sexuales clericales. Si bien durante su tiempo en Perú fue señalado por su cercanía con ciertos casos controversiales, tales acusaciones han sido desmentidas y no han impedido su ascenso al pontificado.

Con raíces profundas en América Latina y una formación teológica sólida, León XIV representa un equilibrio entre continuidad y renovación para el catolicismo del siglo XXI. Su pontificado inicia con la promesa de ser una luz de esperanza en tiempos convulsos.