Con la intención de seguir promoviendo la cultura para las personas privadas de la libertad, el Comisionado Estatal, José Gabriel Gálvez Beltrán, recibió el valioso donativo por parte de la casa editorial Ediciones ILCSA

TIJUANA.- En un gesto solidario que reafirma la importancia de la cultura como herramienta de transformación social, la casa editorial Ediciones ILCSA, con sede en la ciudad de Tijuana, hizo entrega de un valioso donativo al Comisionado Estatal del Sistema Penitenciario de Baja California, José Gabriel Gálvez Beltrán.

Se trata de más de 100 ejemplares de literatura que serán destinados a las bibliotecas de los distintos centros penitenciarios del Estado, beneficiando a personas privadas de la libertad en su proceso de reintegración.

Esta acción se alinea con el modelo de justicia social impulsado por la Gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, quien ha instruido que todas las políticas institucionales del Sistema Penitenciario se orienten bajo una visión humanista. En ese sentido, se continúa trabajando para que la población interna de cada uno de los cinco centros penitenciarios de mayores y los tres centros de internamiento para adolescentes de Baja California, encuentren en ejes como la educación y la cultura herramientas fundamentales para su transformación.

El director de la editorial, Raúl Pérez Rojas, compartió su entusiasmo por participar en una causa profundamente humana y necesaria, al expresar que “la reinserción social no es responsabilidad de una sola institución, sino un compromiso colectivo que implica a toda la sociedad bajacaliforniana”.

La lectura, agregó, abre ventanas a nuevas realidades y permite imaginar futuros distintos, incluso desde contextos complejos como el encierro.

Por su parte, el titular de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario (CESISPE), José Gabriel Gálvez Beltrán, agradeció profundamente el donativo, destacando que la lectura no solo enriquece el pensamiento, sino que también representa una válvula de escape para sobrellevar momentos de crisis emocional. “En los centros penitenciarios, leer puede ser un acto de resistencia, de esperanza y de libertad interior”, concluyó.

¡Leer es soñar con los ojos abiertos!