El mandatario ha dicho que la “inmigración en cadena” es inaceptable
WASHINGTON.- Los padres de Melania Trump, esposa del presidente de Estados Unidos, recibieron este jueves la nacionalidad como ciudadanos norteamericanos apegándose a una vía sumamente criticada por Donald Trump, quien ha calificado la reagrupación familiar como una inaceptable inmigración en cadena.
Los suegros de Trump, de origen esloveno, llevan una década viviendo en Estados Unidos, dejando atrás su juventud comunista, han residido en la Torre Trump y últimamente hasta en la misma Casa Blanca y a menudo se les ve acompañando en sus viajes a la primera dama de Estados Unidos.
Se trata de Viktor y Amalija Knavs, de 74 y 73 años, respectivamente, quienes a diferencia del grueso de la población y por lo que el gobierno estadounidense calificó de motivos de seguridad, recibieron la ciudadanía en una ceremonia privada a la que no acudieron ni Melania ni Donald Trump.
Durante su juventud, él se dedicó a la venta de automóviles y fue miembro de base del Partido Comunista. Ella, fue agricultora en la granja de su familia, trabajó en una fábrica textil y hasta cosía la ropa de sus dos hijas.
El pasado austero de la familia quedó atrás al emparentarse con el multimillonario, después de que su hija Melania triunfara en Nueva York como modelo y recibiera una visa de residencia Einstein, “para personas con habilidades extraordinarias”. Ella y el mandatario estadounidense se casaron en 2005, pero hasta 2006 se convirtió en ciudadana norteamericana, como ahora lo hacen sus padres oriundos de Eslovenia, pero ellos por la vía de la reagrupación familiar.
En noviembre de 2017, por ejemplo, Trump escribió en Twitter usando mayúsculas: "¡LA INMIGRACIÓN EN CADENA debe terminar ya! Alguna gente viene y trae a toda su familia con ella, y puede ser gente realmente mala. ¡ES INACEPTABLE!".
La naturalización de los suegros de Trump se da dos meses después de su política de Tolerancia Cero, que separó familias inmigrantes en la frontera con México, en la que niños y bebés quedaron bajo custodia del Estado norteamericano y que valió ordenamientos judiciales para su marcha atrás.
Con información de El País