Afectaría a 4.1 de personas sin documentos de los 12.7 millones de migrantes mexicanos que residían en 2024; e identifica tres alternativas que los migrantes podrían usar para evitar el gravamen

CIUDAD DE MÉXICO.- Un impuesto del 5% en Estados Unidos a las remesas tendría un impacto limitado entre los migrantes mexicanos, pues afectaría a 4.1 millones de los 12.7 millones que residían en 2024, según estimaciones del grupo financiero BBVA.

En 2024 México recibió 62,500 millones de dólares en remesas, principalmente desde Estados Unidos, lo que representa una fuente clave de ingresos para millones de familias mexicanas, recordó el área de análisis económico del grupo financiero en un reporte.

El documento indica que de los 12.7 millones de migrantes mexicanos que vivían en Estados Unidos el año pasado, según datos de la Current Population Survey, 4.5 millones tenían la ciudadanía estadounidense, cerca de 3.7 millones eran residentes permanentes o tenían algún otro estatus migratorio regular, como una visa, y 4.5 millones eran personas no documentadas.

Dentro de ese último grupo, alrededor de 400,000 eran beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), lo que les otorga protección contra la deportación y permiso para trabajar.

Por tanto, BBVA estima que la población migrante mexicana que podría verse directamente afectada por la propuesta de impuesto asciende a unos 4.1 millones de personas, y que el resto de la población migrante mexicana, alrededor de 8.6 millones, que también envía remesas, en principio no se vería afectado.

BBVA agregó que al considerar una estimación de una caída de 1,563 millones de dólares por flujos de remesas no habría un problema significativo en la balanza de pagos, ya que el déficit de cuenta corriente se incrementaría únicamente en 0.08% del PIB.

Destacó que será importante dar seguimiento a una posible recomposición en la balanza de pagos, en la que podría observarse una disminución en el flujo de remesas, pero un aumento en las transferencias bancarias.

“Es importante señalar que el próximo año podría registrarse una disminución mayor en las remesas, la cual se explicaría por una caída en la actividad económica de Estados Unidos, derivada de las políticas comerciales erráticas adoptadas por ese país, que podrían provocar un aumento en la tasa de desempleo. Esta posible reducción no estaría relacionada con el impuesto a las remesas”, acotó.

Indicó que el costo de enviar 350 dólares desde EU podría pasar de 6 a 23.50 dólares, lo que motivaría a los emisores a evitar el pago mediante distintas estrategias.

En caso de concretarse el impuesto, la firma identificó tres alternativas que los migrantes podrían usar para evitarlo: recurrir al apoyo de familiares o amistades con ciudadanía o residencia en EU, optar por la bancarización para recibir remesas mediante transferencias interbancarias, y usar canales informales de envío.

BBVA no descarta que si el gravamen promueve el uso de canales informales para el envío de remesas, y esos medios se fortalecen, se podría incentivar la participación de organizaciones criminales.

“Es posible que una parte de los migrantes recurra a canales informales para el envío de dinero, como una estrategia para eludir el gravamen. Si el impuesto fomenta el uso de estos mecanismos no regulados y llegan a consolidarse, existe el riesgo de que organizaciones criminales se involucren en dichas actividades”, advirtió.

Estimó que Tamaulipas (-4.4%), Guerrero (-4.3%), Puebla (-3.6%), Oaxaca (-3.6%) y Veracruz (-3.4%) serían los estados más afectados por el impuesto a las remesas.

Aunque la medida todavía está en proceso legislativo, y ha generado divisiones incluso entre legisladores republicanos, la posibilidad de su aprobación ha prendido alertas tanto en México como entre grupos defensores de migrantes en Estados Unidos.